laboratorio para el cambio

Autocuidado

18.12.2019

Desde pequeños nos han enseñado tanto en la escuela como en casa a tener hábitos saludables con nuestro cuerpo físico. Nos han enseñado a ducharnos, lavarnos los dientes, las manos y nos han informado de lo importantísimo que era hacer eso para mantenernos saludables.

Estas enseñanzas, desde luego, que son básicas para que podamos desarrollarnos como personas y mantener relaciones sanas con los demás y además, permiten que desde pequeños vayamos tomando responsabilidad acerca de nuestro cuidado personal. Pero no sé a vosotros, pero a mi llegados ahora a mis 38 años, me hubiera encantado que desde pequeña me hubieran enseñado herramientas para no solo cuidarme externamente y evitar ciertas enfermedades sino también para saber cuidarme a mí misma cultivando mi autoestima.

La autoestima es la piedra angular de la relación que mantenemos con nosotros mismos y con los demás, es a través de la cual nos valorarnos en función del auto concepto que tenemos de nosotros mismos y la que en cierta medida dirige nuestras acciones.

Cuidar y revalorizar nuestra autoestima está íntimamente relacionado con el autocuidado que nos profesamos a nosotros mismos. El autocuidado exige determinación en elegir cuidarte por encima de todas las cosas y muchas veces llevamos enraizadas creencias de que si yo me cuido entonces estoy siendo egoísta porque pienso en mí. Y ¿qué hacemos entonces?. Dejar de cuidarnos, cayendo sin apenas darnos cuenta, en la trampa de la autodestrucción por complacer los deseos ajenos antes que nuestras propias necesidades.

Liberarte de esa creencia está en tu mano, para ello me gustaría que reflexionases unos instantes sobre lo siguiente. Piensa en aquella situación o etapa de tu vida donde has mantenido las mejores relaciones con los demás ¿Cómo te sentías tu contigo misma? ¿Cuál era el diálogo que mantenías contigo misma? Creo que no me equivoco si afirmo que en esa situación o etapa te sentías confiada y con seguridad en ti misma, conectada a tus valores y principios, fluyendo contigo y con los demás.

Por tanto, es crucial que para poder mantener relaciones sanas con los demás, nos permitamos construir una relación saludable con nosotras mismas. Y para ello hay que tomar la responsabilidad de autocuidarse.

Si ahora mismo, sigues leyendo, me gustaría compartir contigo seis áreas en las que podemos poner en práctica nuestro autocuidado, no requiere de mucho tiempo, si es que el pensamiento que está rondando tu cabeza es la falta de tiempo ;)

  • Autocuidado físico: Dejando el sedentarismo a un lado y practicando un poco de deporte diario, con un paseo por un lugar que te guste es suficiente. El ejercicio nos permite liberar endorfinas, esas hormonas tan juguetonas que nos permiten vivir con más alegría. Además, la incorporación de alimentos saludables va a tener una gran acogida por tu metabolismo.
  • Autocuidado emocional: Imprescindible para crear conexión y conciencia con nuestras emociones. Practicar la autoobservación dejando el juicio fuera nos va a permitir conocer cuáles son nuestros patrones conductuales y cuáles son los detonantes que lo originan. La meditación, la escritura, la visualización son buenas herramientas que nos permiten expresar nuestras emociones y darles un sentido.
  • Autocuidado espiritual: Y no me refiero con ir a misa los domingos (que podría ser si es tu caso), sino con estar en contacto con la naturaleza, con animales ya que estas prácticas nutren nuestro ser para poner sentido y dirección a nuestro propósito vital
  • Autocuidado intelectual: No consiste necesariamente, en hacer un master del universo o colgar más títulos en tu pared. Sino en encontrar aquellas actividades que produzcan un desafío para nuestra mente y la alimente. Leer, aprender un nuevo idioma, aventurarte en nuevo deporte, ir a alguna charla, ver documentales de tu interés.
  • Autocuidado sensorial: Imprescindible para aquellas personas que somos sensibles, que no débiles (hago la aclaración ya que muchas veces se confunde la sensibilidad con la debilidad) Este autocuidado nos permite nutrir nuestros sentidos para así "distraer" a la mente de "mono con platillos" que a veces tenemos. Las manualidades, andar descalzo, escuchar música que te conecte, pueden servirte para reconectarte contigo misma.
  • Autocuidado social: Somos seres sociales en constante contacto con los demás lo que nos permite vivir y desarrollarnos plenamente. Por ello realizar actividades con amigos, familiares, incluso conectar con desconocidos en la cola del súper, nos va a permitir no tener esta área descuidada.

Como puedes observar, hay muchas cosas que podemos hacer para mejorar la relación con nosotras mismas y alimentar nuestra autoestima y por ende la relación con los demás.

Como te comentaba más arriba, está en tu mano tomar esta decisión y estaré encantada si necesitas que te acompañe en este camino de autocuidado y disfrute que la vida ha diseñado para ti.

Ruth Alonso, Coach experta en relaciones e inteligencia emocional

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